Desde siempre, como suele decirse, ha
habido casos de personas que, sospechando que su pareja llevaba una
doble vida y le era infiel, han tratado de comprobarlo. Antes se
recurría a los detectives privados sin embargo ahora, con el desarrollo de las nuevas tecnología, estas personas espían los dispositivos móviles y ordenadores de sus parejas (cuentas de correo electrónico,
redes sociales como Facebook, aplicaciones de mensajería instantánea
como WhatsApp o Line) y para ello, en numerosas ocasiones tratan de
obtener la ayuda de expertos hackers.
Además, esta relativa facilidad para espiar a la pareja,
ha hecho que el número de casos crezca año tras año. Desde la Unidad de
Investigación Tecnológica de la Policía Nacional alegan que “recibimos
llamadas de muchas víctimas, gente que ve cosas raras en su teléfono
-baterías que apenas duran o se calientan cuando el móvil no se usa- de
personas que se sienten controladas por sus parejas.”
También algunos
delincuentes informáticos no han dudado en declarar que son muchas las
personas que les contactan tratando de contratarles para este tipo de
servicios. Uno de los hackers más conocidos en España, Chema Alonso,
afirma que cada vez que aparece en televisión le llueven las ofertas de
personas dispuestas a pagar para que invadan la intimidad y la
privacidad de sus parejas. “El número de peticiones que recibo es
altísimo. Cerré el Facebook porque me machacaban con mensajes privados.
Miles de personas me pedían de todo: espiar móviles, redes sociales. Una
mujer de Madrid me llamó hace años para que espiase al novio de su
hija. Me negué y luego me contó que había contratado a un
ciberdelincuente extranjero y le había alquilado un piso frente al chico
al que quería vigilar. Hacerlo es muy fácil. Por siete u ocho euros al
mes uno puede conseguir un virus troyano.”
Recordamos que el delitos de
descubrimiento y revelación de secretos también aplica en el ámbito de
la pareja o familiar, de hecho existe el agravante de parentesco, y está
regulado con penas de prisión y multa.
Desde la Policía Nacional recomiendan
que cuando se descubra este tipo de prácticas dentro del ámbito
familiar, se trate de solucionar dentro del propio ámbito familiar pero
en caso de que el culpable persista en su conducta es necesario
“recurrir a un perito informático que haga un informe del teléfono o la
tablet. La policía no tiene capacidad para analizar millones de móviles,
pero con el peritaje podemos iniciar una investigación”.
Fuente: DelitosInformáticos
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